El tema del liderazgo comunitario, al igual que los temas inherentes al proceso de intervención psicosocial, siguen en una etapa de construcción y deconstrucción permanente. Lo cual es típico durante una fase en la historia de la Humanidad como la nuestra que se encuentra en un cambio de Epoca.
A riesgo de quedar anacrónico en cualquier momento, quisiera compartir sólo dos de los puntos que más resaltan del tema cuando intervenimos en las comunidades.
El primer punto es: si van a desarrollar una intervención psicosocial bajo cualquier modalidad, rechacen de plano participar de cualquier intervención que se ejerza bajo liderazgos autoritarios. Lo que pretendemos en las intervenciones psicosociales es lograr la unidad en la diversidad y los autoritarismos no se llevan bien con eso. Cualquier liderazgo que no promueva la participación lo más horizontal posible, acalle voces, penalice las disidencias, se salte arbitrariamente los procedimientos preestablecidos o ejerza coerción o presión en cualquiera de sus formas es un liderazgo autoritario. Somos Agentes de Cambio Social, y los autoritarismos están en las antípodas de lo decimos hacer.
Segunda cuestión: un liderazgo en la intervención es transitorio, democrático y debe dejar de lado los intereses personales para ponerse al servicio de los objetivos del proyecto. Como ser líder puede ser una tarea agotadora, porque uno siempre está apuntado por todas las miradas, lo ideal es generar liderazgos compartidos. Atención: no es lo mismo repartir las tareas que ejercer liderazgos compartidos. El liderazgo compartido tiene que ver con un pequeño grupo de entre tres y seis personas que están más o menos iguales en ganas de llevar adelante la intervención, que se comunican fluidamente, que han construido un Zócalo de Consensos y que no compiten entre sí para ver quién es el mejor. Estos liderazgos compartidos tal vez lo hayan escuchado como Equipos de Alto Rendimiento en algún área de Recursos Humanos (ok, son buenos copiando). Y creo que es lo próximo en manejo de recursos humanos porque no todos queremos ser líderes, pero podemos hacernos cargo de una parte de la intervención. Porque a veces el liderazgo es una carga muy pesada y a uno, muchas veces, se le quitan las ganas de soportarla.
Liderazgo compartido es liderazgo democrático. Aumentar la participación, distribuir la carga de responsabilidades, hacer circular la palabra, implicar y comprometer a otros en determinados aspectos, en determinados momentos del proceso de intervención. El trabajo en grupo, en red, en foros va a afectar las formas de liderazgos comunitarios y de liderazgo de proyectos.
No vamos a poder prescindir de líderes, pero tal vez ya no sean tema de resquemores y de debates. Tal vez logremos que el motor de la intervención no dependa de las ganas de una persona. Tal vez sea un rol rotativo, o compartimentado.
No lo sé. En este cambio de época tal vez lo que he estado pensando ya haya sido superado por algo mejor.
