Un proceso de intervención psicosocial despliega múltiples sentidos. Uno de ellos es el de los espacios intersubjetivos que surgen a medida que construimos el Andamiaje Vincular Operativo. Estos espacios se van a producir a medida que aumentemos nuestras interacciones con los sujetos comunitarios conforme avancemos en la construcción del Diagnóstico de Necesidades Sentidas y Recursos Comunitarios. La producción de espacios de interacción, al tiempo que nos sirve para recabar información, nos irá posibilitando vincularnos con los sujetos comunitarios para dar forma a esa estructura vincular ad hoc que es el Andamiaje Vincular Operativo.
Este no es un texto sobre el Andamiaje, pero resumiendo bastante, se trata de la estructura vincular que construimos a propósito de obtener los resultados deseados en la intervención comunitaria.
Al principio los espacios intersubjetivos sólo serán espacios de encuentro. Lugares por donde pueda fluir la palabra y se instale la escucha operativa. Estos momentos, donde los sujetos comunitarios se conforman como tales a través de poder expresarse, serán al principio desordenados, confusos. Los sujetos comunitarios siempre tienen deseos de expresar lo que sienten y lo que piensan. Y nosotros, como agentes de Cambio Social, debemos escuchar todo lo que se nos dice.
Esa primera escucha es abierta, sin condicionamientos. A veces comienza bajo la consigna: - “Queremos escuchar sobre los problemas que tienen en la comunidad”, o “Cuéntennos cómo la están pasando y qué les gustaría mejorar”. La consigna debe ser lo suficientemente amplia como para que el conjunto de personas convocadas pueda expresarse a sus anchas. También debemos estar atentos a la presencia de distractores, de condicionantes (como los comentarios censuradores) o situaciones de desorden.
Todos los encuentros donde convocamos a los sujetos comunitarios deben tener una planificación previa. La peor decisión que puede tomar un Agente de Cambio Social (sea psicólogo, educador, trabajador social o médico) es ir a una reunión sin saber a qué va. Luego de definir los objetivos del encuentro debo avanzar sobre el encuadre, esto es:
- A quiénes quiero convocar
- Cómo los voy a convocar
- Quién coordinará la reunión.
- Qué tiempo estimado durará.
Las reuniones comunitarias son más productivas con coordinadores que estén entrenados en la administración igualitaria de la palabra de los sujetos comunitarios que concurren. Un coordinador de reuniones comunitarias no debe tener una formación tan especifica como un coordinador grupal, pero sí, a diferencia de éste, debe entender la multiplicidad de discursos y niveles de entrecruzamiento entre lo individual, lo social, lo histórico y estar fuertemente orientado a lograr los objetivos de la convocatoria.
Coordinar reuniones es una habilidad que valoro muchísimo en un Agente de Cambio Social. El coordinador puede obturar, facilitar, acelerar, retraer o potenciar un proceso de intervención psicosocial. Su entrenamiento es una mezcla de experiencia y formación en coordinación de grupos. Pero su particularidad se centra en que su objetivo final es contribuir a la reducción de vulnerabilidades psicosociales o el desarrollo comunitario.
Siempre es deseable que un coordinador esté acompañado por otra persona que tome registro escrito de la reunión. Y que ante la pérdida del rol por variables que no pudo contener, este segundo observador no participante pueda señalarle dicha situación.
En muchos espacios de encuentro (durante los procesos de intervención psicosocial) van a aflorar las emociones de los sujetos comunitarios participantes. En repetidas oportunidades van a expresar lo que sienten. Algunas veces de manera adecuada. Otras veces notaremos que el espacio de encuentro está tomando un rumbo que no se condice con los objetivos de la convocatoria. Siempre está bien que los sujetos comunitarios se expresen, descarguen, digan lo que piensan y sienten. Y también está bien evitar que las reuniones se conviertan en un grupo terapéutico. El coordinador designado para la reunión debe hacer el corte en el momento adecuado, comprometiéndose con aquellos con mayor necesidad de expresar sus emociones a encontrar junto a ellos lugares más adecuados dónde hacerlo.
Así una persona se convierte poco a poco para nosotros en un sujeto comunitario, construyendo espacios de interacción, de diálogo, de intercambio. Intervenir es producirlos como materia prima a los objetivos que nos hemos propuesto.