Como todos ya hemos aprendido, las cosas no se hacen solas. Hay que gestionarlas. Y en las comunidades la gestión de los proyectos comunitarios tiene algunas características particulares. En primer lugar, siempre tiene que haber un plan de acción que debemos explicitar cuando construimos el Proyecto Comunitario. Una vez definido el Proyecto, el proceso de intervención psicosocial va a estar guiado por éste, aunque debemos ser flexibles para afrontar las situaciones no contempladas que pudieran presentarse. Para una adecuada Gestión Comunitaria tenemos el Modelo Vincular de Abordaje Comunitario, que en todo momento nos puede decir si nos hemos desviado de nuestras metas o si estamos en la senda correcta.
Pero además hay otros dos aspectos fundamentales en la Gestión Comunitaria: la participación y la transparencia.
1.- La participación es un punto importantísimo en la concreción de los Proyectos Comunitarios Transformadores. Siempre tenemos que tener en cuenta que: a mayor participación de los sujetos comunitarios, mayor nivel de éxito de la intervención. Y la participación no debe ser tenida en cuenta sólo en las asambleas y en los encuentros o cuando hay que levantar paredes. Debe ser un mecanismo transversal a la intervención. Debe estar incluida en la mayor cantidad de acciones posibles (en el diagnóstico, en el proyecto, en la intervención, en la evaluación y en el monitoreo). Considerar la participación en el diseño del proceso de intervención psicosocial dice acerca de nuestra forma de entender al Sujeto Comunitario. Y este desafío (el de incluir a los sujetos comunitarios como parte del proceso de intervención) es realmente novedoso.
Tenemos que dejar de pensar en términos de población objetivo (personas cuantificadas, objetivadas, anónimas, receptoras de las acciones y portadoras de problemas). Porque Población Objetivo suena bastante a “todos estos (señala con el dedo) tienen un problema que le vamos a resolver”. Sí, entiendo que lo tengas que incluir en el formulario del proyecto porque de eso depende muchas veces que puedan girarte fondos. Lo entiendo. Pero nadie te dice que tienes que traducir en tus acciones.
De hecho, esa llamada “población objetivo” se convierte en sujetos comunitarios en situación de intervención psicosocial cuando los convocamos a participar, a ser parte. Por eso es tan importante el diseño de esa participación. Desde cuándo y cómo van a sumarse. Cuál va a ser el momento donde queremos que se apropien del Proyecto Comunitario Transformador. En qué momento la intervención deja de ser nuestra y cobra vida desde la comunidad o desde el grupo.
2.- La transparencia, por su parte, dice mucho del tipo de vínculo que vamos a construir con la comunidad. Todas las intervenciones movilizan recursos y vínculos. Y a mayor grado de transparencia en el uso de los recursos y la puesta en valor de esos vínculos, mayores niveles de compromiso y robustez van a lograr nuestras intervenciones. No desconozco el hecho de que hay información interna y sensible a la organización o al grupo que interviene, sólo quiero hacer hincapié en que no alcanza con sabernos honestos. Debemos incorporar diversos mecanismos de información más allá de lo que nos requieran, para fortalecer los intereses reales de las intervenciones.
Ser transparentes significa, ante todo, una postura ética. El manejo de los recursos siempre es un tema candente. A lo cual vamos a responder implicando a cuanto sujeto comunitario quiera ser parte de brindar información al respecto. Informar sobre el manejo de los recursos genera confianza. Siempre. Cuando somos transparentes en este manejo de los recursos no vamos a discutir dónde está el dinero o qué se hizo. Muy por el contrario, la discusión girará en torno a si fuimos eficientes o si hubiéramos podido hacer un mejor uso de esos recursos disponibles.
Subrayo el tema del dinero porque es recurrente en las intervenciones psicosociales este tipo de situaciones, pero la transparencia involucra más que el dinero. Y me comprometo a desarrollarlo en otro artículo.
Para finalizar: transparencia y participación van de la mano. Forman parte de la Gestión Comunitaria, que es ni más ni menos echar a andar el proceso de intervención psicosocial. ¿Cómo? Usando el Modelo Vincular de Abordaje Comunitario, por supuesto.