Intervenir en la comunidad siendo parte de ella o formando parte de un equipo de agentes externos implica activar una serie de dinamismos que están presentes antes de la intervención. Intervenir no es hacer lo que yo quiero, o lo que la gente me pide o lo que el grupo al que pertenezco está convencido de hacer. Intervenir es hacer planificado centrado en la comunidad cuya finalidad última es garantizar el acceso a derecho o mejorar los indicadores de desarrollo humano preexistentes en la comunidad.
La Intervención Comunitaria, cuya metodología sea la Investigación – Acción Participativa (IAP), centrada en la comunidad, luego de haber atravesado un Diagnóstico Comunitario de Recursos y Necesidades Institucionales y Vinculares atravesará tres fases:
Gestión: en este tiempo la intervención cuenta con un diagnóstico sobre la comunidad, un proyecto a concretar y principalmente con un proceso de diálogo. Este proceso de diálogo se generó en el primer tiempo del Abordaje y consistió en la construcción de un discurso propositivo entre el/los interventores y los sujetos comunitarios. Además de conocerse, se activaron mecanismos intersubjetivos que entabló empatía.
Durante la fase de la Gestión la actividad es crítica. Debemos demostrar que ese proyecto co-construido con la comunidad puede realmente mejorar su calidad de vida ya que está basado en una Necesidad Sentida.
Cogestión: El diálogo ha madurado, la confianza de la comunidad también. Se comenzaron a notar mayores grados de implicancia (participación poniendo el cuerpo) por parte de los sujetos comunitarios. Este es el primer indicio sobre la relación existente entre necesidad sentida y proyecto para resolverla. Al considerar a los miembros de la comunidad como sujetos activos dueños de su destino, es momento de transferir y resignificar.
Se transfieren habilidades, conocimientos y espacios de diálogo que construimos a tal fin. También, y no menos importante, apostamos a resignificar prácticas y saberes previos que volvieron a activarse durante el proceso.
La Cogestión es el tiempo donde nace el Empoderamiento. Le vamos corriendo el cuerpo el cuerpo a la tarea y a la reflexión activa para que los sujetos comunitarios vayan tomándolo, apropiándoselo paulatinamente.
Autogestión: Lograr la autogestión comunitaria luego de un proceso bien implementado es llegar al paraíso de la Intervención Comunitaria. Los interventores nos sentimos superiores, autorrealizados, los salvadores del mundo. Sin embargo, nada de todo esto es importante. En esta fase lo realmente importante es soltar lo que hemos construido. Es aceptar que la Comunidad ya no nos necesita. Todo lo que hicimos, ahora que funciona, no necesita de nosotros. O nos vamos de la comunidad o comenzamos a resignificar la práctica y vamos por nuevos objetivos. La fase de la Autogestión se plasma en la modificación de la realidad que el proyecto comunitario se propuso sin que estemos presentes.