• Inicio
  • Blog
  • Qué es el desprejuiciamiento y por qué es necesario si quiero intervenir eficazmente
Qué es el desprejuiciamiento y por qué es necesario si quiero intervenir eficazmente

Qué es el desprejuiciamiento y por qué es necesario si quiero intervenir eficazmente

Al principio no le encontraba razón al por qué uno de mis primeros maestros en Psicología Comunitaria insistía con el camino hacia el desprejuiciamiento, en el proceso de formarme en el campo de las intervenciones psicosociales. Su nombre es Juan Carlos Domínguez Lostaló y tiene mucha más sapiencia que fama. A razón de 100 a 1. En ese entonces él trataba de transformarme a mí y a un grupo de personas en Operadores Comunitarios, una especie de agentes de cambio social, sin importar de qué ámbito del conocimiento proveníamos.

El desprejuiciamiento es la capacidad de poder dejar de lado los prejuicios propios para sostener una escucha respetuosa del decir del sujeto comunitario. Menuda definición.

Ahora empezarán los que digan: ¡Eso es imposible! ¡El ser humano no puede pensar ni actuar fuera de su contexto histórico! ¡No somos tábulas rasas! ¡El investigador modifica el objeto estudiado!

Si. Lo comprendo. Yo también lo leí en la universidad. También lo discutí con mis compañeros en asambleas. Fue ámbito de debates entre grupos de pares sistemáticamente.

Pero aquí no estoy planteando ese nivel de debate. Simplemente necesito que respondas lo siguiente: ¿Cómo te afecta lo que estás escuchando como necesidades sentidas por los sujetos comunitarios? ¿Cuál es tu relación personal con las vulnerabilidades psicosociales que estás escuchando? ¿Diferencias entre lo que tú deseas que suceda y lo que los demás quieren? ¿Te enojas cuando los sujetos comunitarios no ven lo que tú ves? ¿Te enfada?

El proceso de desprejuiciamiento es un camino privado. Escuchar en una comunidad o grupo de la manera más libre de prejuicios es una herramienta fundamental para relevar las Necesidades Sentidas. Nunca vamos a estar libres de prejuicios. Es imposible en tanto somos seres sociales atravesados por una cultura y una época. Pero lo posible es analizar nuestros prejuicios y cómo forman parte de nuestro sistema de ideas. Ese sistema de ideas es nuestro, y puede no ser compartido por los demás. Y está bien. ¿Sabes qué no está bien? Creer que contamos con el sistema de ideas perfecto.

El pecado del Agente de Cambio Social (recuerdo aquí que llamo Agente de Cambio Social a todas aquellas personas que adoptan el Abordaje Social Comunitario y al Modelo Vincular de Abordaje Comunitario como prácticas de intervención psicosocial) es que caiga en la tentación de poner su saber por encima del saber comunitario. Esta situación, en la mayoría de las veces, responde a un proceso precario de desprejuiciamiento. A saber:

  • El Agente de Cambio Social pone el conocimiento que porta por encima del conocimiento comunitario como barrera defensiva. Su relación personal con las vulnerabilidades psicosociales que intenta resolver son conflictivas y es inconciente de ello. Por ejemplo, ha sufrido pobreza en su niñez y le afecta trabajar esas vulnerabilidades al punto de romper su encuadre y su rol permanentemente.
  • Idem punto anterior. Pero su relación personal con las vulnerabilidades psicosociales es conflictiva y conciente.  No cuenta con herramientas para superar dichas conflictividades y establece una distancia de salvaguarda. Si he vivido situaciones de violencia doméstica que aún están ahí sin resolver, es muy probable que cuando trabaje con víctimas eso me afecte. Lo sepa, y aún así, no puedo terminar de resolverlo.
  • El ACS (Agente de Cambio Social) sufre de “pobrismo”. Una afección muy frecuente entre los interventores sociales que considera que las personas vulnerables, por ejemplo, son todas marginales. O que ser pobre es una condición de inferioridad. O que están ahí porque quieren y toman malas decisiones. El “pobrismo” es el fundamento esencial de las acciones de Arriba hacia Abajo y fundamentalmente el fracaso del 90 por ciento de las políticas sociales.
     
  • El ACS intenta imponer su visión ideológica porque es mejor que la que tienen los sujetos comunitarios. Hija de las idealizaciones, el Agente en este caso sufre un ataque de ego, creyendo que lo que él propone es lo mejor para la liberación de las masas oprimidas que haciendo dos o tres malabares retóricos generará la conciencia de clase necesaria para la movilización social que….. etcétera. Pues no. Es más complejo y si alguien tiene ganas puedo desarrollarlo en otro artículo.

Como verán, el desprejuiciamiento, el creer que lo que nosotros queremos no necesariamente es lo que quieren los sujetos comunitarios, impacta en todo el proceso de intervención psicosocial. Impacta en el relevamiento de las necesidades sentidas, en el diseño del proyecto, en la construcción del Andamiaje Vincular Operativo.

Pero por sobre todas las cosas va a respetar con su escucha activa la voz de los sujetos comunitarios. Y va a respetar la forma particular de relacionarse con sus vulnerabilidades, su priorización de las mismas, las formas de solucionarlas que ellos consideren.

El desprejuiciamiento garantiza la adopción del otro como un sujeto pleno de Derechos, en situación de vulnerabilidad psicosocial. Nos posiciona a la par, no por encima de la situación. Y busca la activación de esos sujetos para que formen parte de la solución. La de ellos, no la nuestra.

El desprejuiciamiento es un camino privado, pero también la Fase de Monitoreo del proceso de intervención es quien debe poner el ojo sobre este aspecto. Porque, en definitiva, nosotros no tenemos que ir a la comunidad a demostrar nada. No somos los protagonistas.

Te puede interesar
Cerrar X